El Opel Grandland X es un coche cómodo, amplio y maravillosamente equipado. Además presenta la misma mecánica y plataforma que el Peugeot 3008. Lo que representa de entrada ya una excelente presentación. Y le sumamos que la versión 1.2 Turbo a gasolina con potencia de 130 caballos le otorga aún mayor nivel, cumpliendo con los requerimientos del “todo uso”. Transformándose para una mejor seguridad y rendimiento al transportar a la familia.
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Opel Grandland X 1.2 Turbo. Un gran SUV
Nuestro Opel Grandland presenta una reducción en su factura, pasando de 27.400 euros a 24.300 euros. Sin duda una excelente noticia. Y si queremos aún mayor economía, podemos optar por el modelo básico Selective, dejándolo por apenas un poco más de 22.000 euros. Quedando así, al alcance de muchos clientes que deseen conducir un SUV de este gran tamaño. Es que nuestro protagonista posee una longitud de 4,48 metros, pero puede ser totalmente operado como un vehículo familiar. Además posee la ayuda de los 514 litros como capacidad en su maletero, y los cuales pueden ampliarse unos 1.652 litros, al abatir la fila trasera.
Un trabajo en conjunto
Nuestro Grandland X 1.2 Turbo, es el resultado del engranar el trabajo de Opel con el del grupo PSA. Sin duda, fue pensado antes de que la empresa francesa adquiriese la casa alemana. Y debido a esto nuestro Grandland comparte la plataforma y el conjunto mecánico de chasis, transmisiones y motor, con el coche Peugeot 3008, el Citröen C5 Aircross o el coche DS 7 Crossback. Todos ellos comercializados en Europa a inicios del año 2019. Inclusive, podemos decirles que la misma planta de PSA en Sochaux que produce el 3008, produce también el Grandland X.
Algunas similitudes
Al ver los diseño exteriores de Opel Grandland y el Peugeot 3008, observamos que son totalmente diferentes, salvando las dimensiones. Esto nos llevaría a pensar que no tienen ninguna similitud. Por esto, además de las similitudes técnicas mecánicas que hemos ya mencionado, decidimos profundizar un poco sobre sus diferencias. Entonces iniciamos observando que nuestro Grandland X se encuentra equipado con el área de conducción diseñada de forma más convencional. Posee un volante con dimensiones normales y una instrumentación tipo analógica. En este sentido nos parece mejor equipamiento el que trae los Peugeot 3008 y 5008 con el i-Cockpit, un cuadro digital totalmente configurables. Estos dos tipos de equipamiento, se siente como si Peugeot apostara sin pensarlo al lujo y vanguardismo tecnológico, mientras Opel le apuesta a lo clásico y funcional. Y decimos funcional porque el Grandland posee a donde mires en su diseño interior múltiples espacios.
Bueno, todo dependerá del gusto de cada usuario. Pero realmente el Grandland X llega a transmitirnos una sensación de menos refinamiento. Es que se observan plásticos un poco pobres en superficies sin materiales mullidos. Además, existen mandos y tactos que pueden ser mejorados.
Pero todo tiene solución, y en el Grandland X acabado Excellence presenta las mejoras requeridas en la terminación, y con la dotación tecnológica completa de serie. En este acabado resalta la seguridad y asistentes para la conducción. Aunque aún se encuentren ausentes la llanta de repuesto y los faros antiniebla. Sin embargo siempre tendrás a tu disposición una larga lista con diversas opciones y así solucionas el equipamiento a tu gusto… y con precios bastantes razonables.
Hablando de amplitud
Nuestro Grandland X nos llega a convencer debido a su excelente amplitud. Posee una gran altura al techo, tanto delante como detrás. Además, su segunda fila acoge excelentemente a dos personas adultas ó 3 pequeños, gracias a sus correctos 132, 5 centímetros de ancho, a un espacio generoso para colocar las piernas y a que el túnel central sobresale sólo un poco.
Hubiéramos querido que se ofreciera una banqueta corredera posterior. Claro, también debemos aclarar que el diseño de la partición del área habitáculo y maletero nos ha parecido muy bien.