Renault Mégane Zen dCI 110 CV. Sobresale del resto.

La casa francesa, manteniendo su concepto trae el mundo al Mégane Zen dCI, con innovaciones que buscan cautivar al público que busca lo mejor en un coche compacto.

Renualt Mégane Zen dCI 110 CV. Más que un compacto.

Reault fue más allá de lo esperado en el diseño general del Mégane, tomando consideraciones que comúnmente se dejan de lado en el segmento, donde lo más destacado siempre ha sido la utilidad.

Aunque Reault brinda los sistemas necesarios para evitar todo tipo de inconvenientes, siempre es bueno tener un Duplicado tarjeta Renault Megane.

El modelo se posiciona entre los primeros en muchos factores y en otros toma realmente la delantera en cara a sus rivales.

El diseño exterior mantiene la impresión familiar pero en su interior se mezcla con el moderno diseño del modelo Talisman.

Esta versión Mégane viene impregnado de tecnología, y esto lo hace diferenciarse de los coches de su categoría, llamando la atención de sus usuarios desde el primer contacto con él. El infoentretenimiento que equipa su interior es genial. La versión GT cuenta además con un efectivo sistema de dirección a las cuatro ruedas que mejora aún más la experiencia de conducción.

Las características otorgadas permiten generar un sistema que resalta lo mejor del modelo y a la vez mantiene un coste adecuado.

Controles.

En su instrumentación pone a disposición una pantalla táctil de 7 pulgadas en la que reúne los controles de diferentes funciones de manera muy amigable e intuitiva, aunque también mantiene los mandos antiguos para ciertas aplicaciones como la climatización, activación del modo ECO para reducir el consumo, entre otras.

La conducción es muy confortable y la sensación de comodidad comienza al sentarse frente al volante y recibir la bienvenida de los asientos que poseen el estilo de los del Espace y Talisman. Aunque carecen de regulación lumbar, el soporte es verdaderamente agradable.

El volante permite regular su posición en profundidad y altura. La visibilidad es fabulosa y permite apreciar todo el perímetro.

El crecimiento del Mégane se aprecia en todos los sentidos. En su exterior se alarga 6,4 cetímetros que le permite ganar distancia entre los ejes, igualándose a su competidor más comercializado. En su interior aumenta 20 milímetros de disponibilidad para las piernas de los ocupantes de las plazas traseras. Esto es otro punto a favor de la comodidad. También agrega unos litros más al portaequipaje, lo que nunca cae mal, alcanzando los 384.

Los asientos posteriores pueden abatirse para ampliar muco más el maletero y aunque queda un escalón de 12 centímetros, esta opción de espacio adicional no se desprecia. Además cuenta con cuatro ganchos de sujeción, luz interior y dos perchas.

Para Renault, el estilo deportivo no era la prioridad para el Mégane, pero esto no le resta seguridad ni estabilidad al comportmiento del coche cuando quien lo conduce decide hacerlo con un andar más dinámico. El balanceo se hace presente al inicio de las curvas pero la suspensión, no solo absorbe los desperfectos del pavimento sino que también posibilita una trayectoria definida y precisa.

En cuanto al consumo, son muchos los competidores que el Mégane Zen dCI dejó atrás. Con 110 caballos de potencia y un peso reducido a 1.311 kg, marca un consumo medio de 3,7 l/100 km.

Acabado Zen.

El equipamiento en el acabado Zen es muy completo y sólo cuesta 1.500 euros más que el Intens. Por lo que posiblemente sean muchos los que se inclinen a disfrutar del sistema R-Link2 con navegación, el alerta de cambio involuntario de carril, el reconocimiento de señales, entre otras novedades.

Por 900 euros adicionales, se puede equipar también con faros Full LED y rueda de repuesto de dimensiones normales.

Definitivamente, el Renault Mégane Zen dCI da gusto manejarlo.