Si queremos un coche que nos brinde grandes emociones, definitivamente tenemos que conducir un Mazda MX-5. En su versión de 160 caballos de potencia refleja excelente rendimiento y respuesta.
Mazda MX-5 2.0 Skyactiv-G. Mayor Potencia para mayor emoción.
El famoso biplaza, trae con él lo mejor de su estilo. Mantiene su funcionamiento y equipamiento del pasado, evitando distraer la atención con grandes avances tecnológicos como ocurre con otros rivales.
Son muchos los coches, si no es que todos, que buscan aislar a sus ocupantes de las «incomodidades» de la carreteras. Contrastando esto, el Mazda MX-5 insta a sus dos ocupantes a disfrutar de cada instante y apreciar todo el recorrido con verdadera emoción.
Siempre es bueno tener a la mano un Duplicado de llaves de coche para que ningún inconveniente logre apagar la diversión.
En su interior todo es del tamaño justo. El espacio a disfrutar esta fuera del coche a donde quieras ir mientras aprecias del viaje. No tiene guanteras, el maletero es notablemente pequeño y si queremos disfrutar más del ambiente no hay sistemas eléctricos para ocultar el techo. Esto se hace manual, pero no quiere decir para nada que sea incomodo. Inclusive desde el mismo asiento se puede movilizar el techo con mucha facilidad.
Para entrar al coche, al igual que en las versiones anteriores, hay que prácticamente tirarse al piso. Es más cómodo cuando está la capota abierta.
Da gusto manejarlo.
Los asientos son Recaro. Integran un sistema de altavoz en el posacabezas.
El precio no es nada económico, pero está más que justificado por su gran equipamiento.
El corazón del MX-5 es un 2.0 Skyactiv-G que desarrolla 160 caballos de empuje. El sonido es realmente fantástico y la sensación del sistema de cambios y la dirección realmente gusta.
Si lo comparamos con su versión 1.5 de 131 caballos, notamos que a pesar de mantener la filosofía clásica, posee mejoras en las prestaciones gracias a sus 29 caballos adicionales.
Entre una de esas mejoras está la disminución de 1 segundo para alcanzar los 100 km/k y de 3 segundos para recuperar de 80 a 120 km/h. Pero mejor aun si observamos que el consumo de esta versión se mantiene contenido igual que en el 1.5. El 2.0 integra el sistema i-Stop.
El rango aprovechable alcanza hasta las 7.000 rpm que, unido al excelente sistema de cambios, da mucha satisfacción usarlo.
Gran equipamiento de serie.
Entre el equipamiento de serie de esta versión de 2.0 tenemos una suspensión Bilstein y Diferencial trasero autoblocante. Esto sin duda le confiere unas cualidades destacadas en cuanto al comportamiento en las curvas. El balanceo es notablemente menor que en el 1.5.
El ESP le da un agarre espectacular al coche. Con su gran equilibrio y su centro de gravedad casi el suelo, la estabilidad es magnífica.
Si queremos sentir la potencia en la arrancada derrapando en el eje trasero, se puede lograr sólo desconectando el ESP.
El precio de este modelo es de aproximadamente 30.000 euros. De verdad no es mucho si lo contrastamos con el gasto contenido y con el desborde de diversión que tendremos al conducirlo.